La figura de Bernardo de Gálvez sirve muy bien para analizar el trato que suelen recibir en España sus hombres más ilustres. Se ha pasado de ignorar todos los aspectos de su vida a convertirlo en un héroe del Olimpo, capaz de los trabajos de Hércules. La memoria colectiva tiende a recordarlo en esas circunstancias de modo extremo, sin grandes matices.