La clave para tener éxito, sugiere Sacchelli, es recuperar la posesión de un poder perdido, la ligereza de vivir, para llevarla a nuestros días como adultos y padres. Una ligereza que no tiene nada que ver con la superficialidad y que nos lleva directamente al corazón de las cosas, disuelve tensiones y caprichos, transforma los conflictos en oportunidades de confrontación, nos libera del peso del miedo a equivocarnos.