Los mejores padres del mundo no son los educadores perfectos, sino los que reconocen sus errores, corrigen valientemente su rumbo y escriben los capítulos más importantes de su vida en los momentos más difíciles de su historia. Educar hijos saludables, inteligentes y socialmente responsables es el deseo de todos los padres. Lo que la mayoría no sabe es cómo hacerlo.