Vivimos en un mundo donde se impone la inmediatez y la intolerancia a la frustración es moneda corriente entonces, ¿Cómo enseñar principios y valores que muchas veces van en contra del sistema reinante pero que son tan necesarios para un desarrollo saludable y un futuro promisorio? Como familias y profesionales de la salud estamos inmersos en esta difícil tarea de enseñar a tolerar la frustración, a regular las emociones en un mundo que va en otra dirección.