Todo el mundo sabe contar cuentos y ningún experto puede igualar la magia de una historia inventada por mamá, papá o un cuidador cariñoso y atento. ¿Por qué? Porque el secreto de los cuentos es la relación, no el relato. Los cuentos ayudan a los niños a desarrollar nuevas habilidades, fomentan la empatía, proporcionan a los más pequeños herramientas para elaborar emociones complicadas.