¿Tu hijo no soporta el roce de las etiquetas de la ropa, tiene miedo al calor, sufre con el ruido ambiental o, por el contrario, no controla la fuerza de sus gestos? ¿Tal vez ya te hayas planteado llevar a tu hijo a un especialista? Independientemente de si el especialista ha diagnosticado o no a tu hijo de hiperreactividad o hiporreactividad a los estímulos sensoriales, quieres ayudarlo a regularse con tranquilidad.