Una madrugada de 1940 en la provincia francesa, ocupada por las tropas de Hitler, Dunia Wasserstrom y su esposo Ariel son detenidos por la Gestapo; acusados de participar en la resistencia contra los Nazis. Separados, maltratados y humillados, como lo fueron miles de familias judías, cristianas y de religiones y nacionalidades confundidas, son echados a los convoyes rumbo a los Campos de Concentración.