La cocina tradicional mexicana es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pero en décadas recientes, nuestra alimentación se ha distorsionado por la industrialización del campo y el crecimiento en la producción y consumo de comestibles ultraprocesados y bebidas azucaradas. Ello nos aleja de nuestras raíces alimentarias y nos deja a merced de los daños de los agrotóxicos y los ingredientes nocivos que desencadenan obesidad, diabetes y otras enfermedades.