El cambio de paradigma de justicia penal a un sistema oral y acusatorio se realizó, con gran profundidad, como un tema de seguridad y justicia. Los llamados juicios orales y la reforma histórica del 18 de junio de 2008 se empezaron a implementar con la esperanza de ser la panacea de la procuración y administración de justicia en materia penal.