La evolución del tenis ha demostrado hasta que punto es necesario integrar un programa de entrenamiento físico específico en la formación del jugador.
Para aguantar los largos enfrentamientos, los tenistas, que cada vez golpean más fuerte la pelota, no sólo deben tener resistencia, sino que tienen que desarrollar cualidades de fuerza, potencia, velocidad y relajación.