Jaime Balmes y Urpia, autor del único libro filosófico español de la primera mitad del siglo XIX, nació en una Ciudad levítica y agricultora cercana a Barcelona: Vich.
Este sacerdote, hombre de severa razón y método, tenía el peso ingente de la certidumbre sistemática, comenzó la restauración de la filosofía española, renovó el árbol de nuestra cultura con juego de nuevas ideas, popularizó las ciencias especulativas en España, fijo en un libro imperecedero las leyes de la lógica práctica y vindicó a la Iglesia católica en sus relaciones con la civilización de los pueblos.