Entre todos los problemas filosóficos, el problema del hombre es el que más preocupó a Scheler, de modo más directo y esencial. En la totalidad de sus obras, o en casi todas, siempre habían sido abordados problemas parciales de la naturaleza humana. Es desde 1922 cuando Max Scheler ha de centrar su meditación en torno de una posible obra total sobre el hombre, estudiándolo en todos sus aspectos.