El Dios de nuestros padres es un libro apasionante y evocador que nos lleva a las raíces de nuestra cultura y nuestras familias. Nuestros padres estaban convencidos de que vivían bajo la mirada de Dios. Su existencia era tan cierta como la salida y la puesta del sol. Hoy hemos dejado de creerlo, incluso de pensar en ello. Y ya nadie lee la Biblia.