Tras siglos de sueño profundo, despierta en la ciudad de Nueva York en nuestros días para presenciar el crimen de una joven llamada Esther e inexplicablemente siente la obsesión de vengarla.
El relato se remonta a su juventud mortal en la magnífica ciudad de Babilonia, cuando era un judío culto, rico y bello, plenamente dedicado a su tribu hebrea en cautiverio y al culto de los profetas.