Se ha pasado media vida trabajando para los umbristas, personas capaces de manipular las sombras para colarse en habitaciones cerradas con llave, estrangular a alguien mientras duerme o hacer cosas incluso peores. El gran celo con el que los umbristas guardan sus secretos ha creado un mercado clandestino de grimorios. Y para robar a sus rivales... necesitan a Charlie Hall.