Hedera no es una asesina. Una ladrona, sí. Una tejedora maldita por los dioses y una decepción para su familia, también.
Sin embargo, alguien ha asesinado al Theokratés de Lydos, la ciudad de las maravillas y de los ingenios, que casualmente también es el padre de Tulio, el que fue su prometido. Y todos los dedos la señalan a ella.