Eragon y su dragona Saphira han conseguido escapar con vida después de la colosal batalla en los Llanos Ardientes contra los guerreros imperiales. A pesar de esta hazaña, se han dado cuenta de que todavía no son suficientemente fuertes y de que deberían proseguir con su entrenamiento, pero este deseo se ve sujeto a la fuerza de las promesas que Eragon sigue sin cumplir.