Muchos años atrás, un desconocido llegó a un pueblo buscando una tierra espaciosa donde crear un jardín; y cuando lo hizo realidad, ofreció la paz y la belleza de sus senderos y rincones no sólo a los seres humanos que lo visitaran, sino también a todos los seres que quisieran vivir en aquel vergel. Tras algunos años, el jardinero partió del lugar, dejando a su aprendiz al cuidado de aquel reflejo del paraíso.