Cuando rebasamos los años de la mediana edad, nuestro deseo de encontrar una manera adecuada de abordar el envejecimiento cobra mayor urgencia y pertinencia en nuestras vidas cotidianas. Los autores Robert Weber y Carol Orsborn ofrecen a una nueva generación de buscadores espirituales la posibilidad de ver el envejecimiento como un sendero espiritual y revelan que la única manera de seguir creciendo como personas consiste en afrontar de una vez las difíciles interrogantes que nos plantean los temas de la pérdida de seres queridos, el significado de la vida y la mortalidad.