¿Acaso a Dios no le importa nuestro sufrimiento? ¿Por qué no interviene para evitárnoslo? ¿Qué certeza tenemos de que vaya a erradicarlo algún día? ¿Qué podemos hacer, mientras tanto, para afrontarle eficazmente? ¿Hay estrategias que pueden ayudarnos a prevenirlo, sobrellevarlo o combatirlo? El libro que tienes en tus manos muestra que, realmente, a Dios le preocupa nuestro dolor.