En este venerado clásico, John O’Donohue ahonda en temas de amistad, pertenencia, soledad, creatividad e imaginación, entre muchos otros. Ampliamente reconocido por llevar la espiritualidad celta al diálogo moderno, sus percepciones únicas del mundo antiguo hablan con urgencia sobre nuestra necesidad de redescubrir los umbrales del alma.