La Magia Blanca (Wicca) no tiene nada de perversa ni de destructiva. Por el contrario, los rituales de esta antigua religión son bellos y sirven de excelente ayuda para transformar el futuro.
La práctica de la Wicca tiende a elevar la conciencia del ser humano y es firme defensora de los derechos de igualdad, del feminismo, de la ecología y de la salvaguarda de nuestro planeta.