El hombre del nuevo milenio es un hombre que se busca a sí mismo, que indaga en su interior para descubrir su polo femenino. Es un hombre transformado que, poco a poco, renuncia a su prepotencia ante el mundo y, sobre todo, ante lo femenino. Esto coincide con un momento en que la identidad femenina busca dejar de ver el mundo y su propio ser con los ojos del hombre: la servidumbre para él ha llegado a su fin.