Aparte de ser la fundadora de la Sociedad Teosofica, Institución que ha desempeñado un papel tan importante en nuestra época en el campo intelectual y espiritual, fue mentora de una pleyade de ilustres esoteristas, y que unía a su temperamento siquico e institucional un extraordinario adiestramiento oculto, obtenido durante su permanencia en el Oriente que la capacitaron y facultaron para ser la mensajera autorizada que divulgo en Occidente la Doctrina Arcana, herméticamente guardada por los iniciados desde el alborear de los tiempos.