En la noche, antes de dormir, se cuentan historias que invitan al ensueño, al dulce descanso, que invocan la magia de la imaginación. Pero ¿qué pasaría si más bien se cuentan historias cuyas tramas se enredan con el esoterismo, chamanismo, la magia negra, los sacrificios humanos, el satanismo, y cuyos personajes tienen que afrontar terribles consecuencias derivadas de sus decisiones funestas?