Edith levanto su copa y la choco contra la de Cordelia. Sorbio un poco de vino, lo calentó en la boca antes de tragarlo, lo empujo con la lengua, sintió como bajaba hasta su estomago y el calor se esparcía por su cuerpo.
Nunca había estado preocupada por su amiga, pero esa noche en sus ojos anidaba una rara tristeza, Cordelia parecía una criatura que había paridad a su madre en una barata de Macys.