"A primera vista, los dos ensayos ya clásicos que presentamos aquí al lector no parecen tener nada en común. En realidad, sin embargo, son dos modos diferentes y complementarios de defender un mismo postulado central para Marcuse: que al fondo de la vida social sí existe algo verdadero y benéfico en sí mismo.
Algo que no es relativo ni está sujeto a la opinión de cada quién; que no puede ser nunca un mero producto de influencias externas.