Pocos científicos han sabido combinar rigor científico con la amenidad literaria, como lo ha hecho el biólogo y paleontólogo.
Estas obras han definido un género en el que Gould muestra el complejo y fascinante mundo de la ciencia desde la perspectiva subjetiva de un admirable ser humano que desea comunicar sus ambiciones y frustraciones, sus conocimientos e ignorancias, a sus semejantes, a sus lectores. Las piedras falaces de Marrakech forma parte de esa saga de libros.