Bakunin era un materialista ferviente. Creía que el mundo podía comprenderse a través de la ciencia y que no era necesario recurrir a explicaciones metafísicas o teológicas. Recordemos que, para los anarquistas, Dios, el Estado y la Propiedad, era la tríada en la que se apoyaba la minoría dominante para sojuzgar a la mayoría desposeída. De todo ello nos habla este libro inacabado, cuyos fragmentos fueron rescatados por los anarquistas Carlo Cafiero y Elisée Reclus.