CUANDO SE ESTA EN CAMPAÑA, LA PRIMERA VICTORIA de cada día debe ser tan simple como abrir los parpados y respirar el aire contaminado por la pólvora que el roció encharca: la primer misión de la nueva jornada será no olvidar los sueños de la noche anterior, aferrarse a la imagen de os seres queridos como un alpinista a la frente de una roca. Nadie ha ganado nunca una batalla, ni siquiera sus posibles vencedores, pes resulta demasiado caro lo que se pierde.