En una contundente declaración recogida por el autor, un agente de la de a admitió que en su país operan cárteles formados por estadounidenses: pandillas, clubes de motociclistas y redes del crimen organizado que ya no solo compran y venden drogas, sino que dominan rutas, controlan territorios y lavan miles de dólares con la complicidad de los bancos.