En México, acceder a servicios financieros es todo un reto. Entre que los bancos no sueltan el crédito, que el efectivo sigue reinando, la jungla de fraudes allá afuera, la informalidad y que nadie nos da una guía clara, no es raro que acabes pagando intereses eternos por el regalo de tu ex que ya hasta te bloqueó.
Y lo peor de todo es que el estrés financiero ya está empezando a afectar la salud de los mexicanos.