La negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en la década de 1990 fue un parteaguas en la relación entre Estados Unidos y México, un hito que no estuvo libre de complicaciones ni controversia. Su heredero, el T-MEC, entró en vigor en 2020 y representó la consolidación del sistema de economía de mercado en México y del crecimiento económico basado en la integración comercial regional, sin embargo, se firmó en uno de los escenarios más complejos en términos de política diplomática.