Trabajar, jubilarse, ser mayor, envejecer no tienen los mismos significados en la actualidad que los que tenían en el siglo XX.
Sin embargo, buena parte de las percepciones, actitudes, comportamientos y decisiones de muchas personas, organizaciones y poderes públicos continúan anclados en modelos mentales, suposiciones y normas que no se corresponden con las nuevas realidades.