Argumenta cómo la objetividad, la historia, el empirismo y la realidad van de la mano con el desarrollo científico de esta disciplina, y pone a debatir los distintos paradigmas económicos a fin de identificar las contradicciones que evitan la objetividad científica de la disciplina. En este sentido, el autor desarrolla una serie de argumentos que ayudan a la asimilación de la economía como una ciencia que se sustenta en la realidad y parte de las necesidades y condiciones económicas de la sociedad en la actualidad.