La obra examina el impacto de la reforma al artículo 20 constitucional, que introdujo los principios rectores del juicio oral adversarial, y la presunción de inocencia, destacando la relevancia de la constitucionalización de los derechos humanos en México tras la reforma de 2011. Asimismo, se aborda el surgimiento del principio de convencionalidad y su influencia en la protección de la víctima u ofendido.