La globalización implica la necesidad de conocer los sistemas jurídicos existentes en el mundo, lo cual resulta difícil, ya que cada país tiene el propio. Si bien encontramos diferencias entre ellos, también se pueden apreciar semejanzas y rasgos comunes, lo que nos permite agruparlos en categorías y familias, el problema sería encontrar un criterio adecuado para aplicar esta clasificación.