La Política criminal es la disciplina llamada a buscar soluciones reales y factibles a problemas tan graves como los que en esta obra se abordan. Cuestiones como el evidente rasgo autoritario del Derecho penal, reflejo de su progresiva dependencia del poder político y mediático y de unos intereses económicos que evolucionan hacia un modelo neoliberal en el que, por supuesto, importan más las cifras que las personas. O viejos problemas aún no resueltos como el aborto, la violencia de género o el tráfico de drogas; y nuevos desafíos como el crimen organizado y su estrecha vinculación con fenómenos como la corrupción y la delincuencia de cuello blanco. Y ello por no hablar del terrorismo, en especial el yihadista, reflejo en buena medida del estrepitoso fracaso en la integración de los inmigrantes. Movimientos migratorios, de su parte, imparables, pese a la creciente obcecación de los Estados en cerrar sus fronteras. Un blindaje que supone la condena a muerte de miles de personas, empujadas por ello a acudir al crimen organizado buscando las oportunidades vitales que tanto el Estado de destino como el de origen les niegan.