El orden social se mantiene a través de la pronta y cumplida administración de la justicia. Si esto no sucede, cualquier organización política o social está en caos, pues prevalece el estado de impunidad, lo que trae como consecuencia el irrespeto a las leyes. Desafortunadamente, la mayoría de juicios penales terminan con la absolución de los delincuentes debido a la presentación inapropiada de los casos ante los tribunales, ya sea por error en la investigación o falta de pruebas.