El Derecho penal es sin duda alguna la más añeja de las ramas jurídicas. Sus instituciones se han desarrollado profusamente a lo largo de los siglos.
Una de ellas es la legítima defensa, fenómeno donde, en palabras de mi maestro el Profesor Doctor Miguel Polaino-Orts, el Estado deposita en el ciudadano la resolución de un conflicto de la más alta envergadura.