¿Qué significa una conducta criminal? ¿Cuál es su sentido? A mucha gente, entre ella muchos penalistas, estas preguntas les resultan extrañas, de suerte que pensarán: ¿Qué más va a significar una lesiva puñalada con un cuchillo que exactamente que se trata de un navajazo? De hecho, también cuando un lobo malvado pega un bocado se produce una lesión, y el mordisco del animal, en realidad, no significa nada: es pura naturaleza, sin sentido social. Sin embargo, la puñalada por parte de una persona culpable representa una toma de posición en el mundo, o formulado de manera menos grandiosa: una “propuesta de mundo”, y -con ello- una acción comunicativa, o más exactamente: también una acción comunicativa, porque el autor, con su conducta violenta, realiza al mismo tiempo un acto real, que -por su parte- es “mudo” o “silencioso”. De este modo, se puede conformar la siguiente secuencia: la norma prohíbe tales “propuestas de mundo”, el autor del delito contradice la norma, el veredicto de culpabilidad por parte del tribunal contradice al delincuente.