Si entendemos al sistema mexicano de “seguridad social” como un sistema de cobertura “de la cuna a la tumba” para toda la población, nos encontramos con el hecho de que, en nuestro país, si bien toda la población tiene acceso a alguna de las modalidades de cobertura que abarcan las principales contingencias generales de la vida, la cual es otorgada por las diversas instituciones que integran el sistema en formas y medidas diferenciadas para los distintos sectores de la población.