El derecho al libre desarrollo de la personalidad ha sido interpretado y aplicado de maneras que generan un profundo debate. ¿Debe entenderse como una libertad absoluta, sin límites ni consideraciones sobre la realidad biológica y moral del ser humano? ¿O, por el contrario, debe abordarse desde un enfoque integral que garantice el respeto a la dignidad humana sin caer en la indefinición?.