Los Derechos Humanos son un tema vigente, pues contienen y señalan un ideal de vida. Estos no solo dirigen las acciones y políticas de los Estados democráticos liberales, sino que generan las condiciones para que las personas puedan vivir con dignidad y se desarrollen libremente. Los Derechos Humanos como principios se colocan a manera de regentes de la ética del servicio público y al mismo tiempo como un productor de justicia mínima para cada individuo. El ejercicio consuetudinario de los Derechos Humanos continúa siendo una agenda pendiente, y cada país en la medida de su cultura y de sus recursos los intenta hacer asequibles a su población. En estos casos, la demanda será mayor que la oferta, lo que lleva a juzgar la capacidad e importancia del Estado, sin considerar el costo social, económico y político de los mismos, y, por tanto, su cumplimiento pueda ser materializado. Muchas veces no es un asunto de voluntad, sino que su cumplimiento está sujeto a varios factores, como la cultura, el presupuesto público, las costumbres, las políticas públicas, la justiciabilidad, entre otros.