Siendo la persona humana —mujer o varón— libre de hacer lo que quiere desde el aspecto filosófico, es libre, desde el aspecto jurídico, de hacer lo que le conviene en razón de su igual naturaleza social. Límite que sólo se comprende desde el bien común. Límite obligado en la protección misma de su bien particular y, consecuentemente, en la consolidación de la justicia. Límite que en lugar de “limitar”, potencia la libertad. La libertad —para ser libre el hombre— tiene una función social y lo social de su función exige la búsqueda incansable de la verdad y la justicia. En este libro procuro descubrir, para México, la historia y consolidación de los derechos humanos y su visión de las libertades en sus tres generaciones. Parto, con ese objetivo, de los primeros documentos políticos de ámbito nacional para terminar en documentos jurídicos de ámbito internacional.