La actividad del policía en el marco del procedimiento penal está ahogada por la observancia de un conjunto de formalidades innecesarias, las cuales no suman.
Hemos pretendido que el sistema penal sea un conjunto de actos administrativos reducidos al llenado de formatos homologados establecidos por protocolos como el del primer respondiente o el de la policía con capacidad para procesar el lugar de la intervención.