Cuando intentamos captar el sentido específico en que se habla en general del Estado, nos vemos obligados a constatar que la ordenación u orden llamado Estado tiene, ante todo, el sentido de un orden normativo. Así, es posible comprender aquella afirmación que dice que el Estado debe ser concebido esencialmente como autoridad y la relación del Estado con los hombres como una relación de supraordinación y de subordinación; y que éstos deben ser considerados como súbditos del Estado.