La reforma del proceso penal, esto es, el tránsito de un modelo con orientación a lo inquisitivo a uno de corte acusatorio y oral, no sólo conlleva a cambios estructurales, funcionales y normativos en el sistema de justicia penal; sino que, implica además la generación de conocimiento en torno a los fundamentos, instituciones y dinámica atribuible al modelo acusatorio.