La voz apenas se oía entre el escandalo de la celebración: gol anotado por Roberto Martínez. El caña brava fue delantero del Necaxa que el 6 de junio de 1966 se convirtió en el primer mexicano que sacudió las redes del azteca. Aquel domingo mi padre, un atlantista de cepa, me llevo al estadio para compensar nuestra irremediable ausencia de la gran inauguración del coloso de santa Úrsula.