Bu viene de Dios, propio en sustancia y mente y es el más importante componente espiritual de la verdad, bondad y belleza implicados en nuestra formación.
Recientemente, el espíritu del aikido ha ganado un amplio reconocimiento en todo el mundo, por esta razón, puede servir de ayuda como una nueva guía, cimentando los principios de la educación, ya que con el aikido el cuerpo y la mente se entrenan internamente, para sí mismos, no para el combate.